jueves, 8 de julio de 2010

La Isla de Ometepe



En el sur de del país se encuentra el Lago Nicaragua, con una extensión mayor que la del País Vasco, en torno al cual gira la mayor parte de la actividad económica y turística al sur de Managua. En pleno lago está la Isla de Ometepe, más pequeña que La Gomera, con forma de ocho, y coronada por dos hermosos volcanes.



Al llegar a la isla parece que uno viaja en el tiempo unos 30 años atrás, cortes constantes de electricidad, carreteras sin asfaltar, apenas un par de coches antiguos, buses escolares americanos reciclados y decenas de motos y bicicletas semidesguazadas . A pesar de la gran cantidad de visitantes de fuera, los más de 40.000 habitantes de la isla conservan intacto su estilo de vida, tranquilo y lento, muy lento. Recorrer 9 km de un pueblo a otro puede llevar hasta 45 minutos, en carreteras llenas de baches y piedras, vacas y cerdos obstruyendo el tráfico, y el chófer parando cada 3 minutos a hablar con algún conocido… Es otro mundo! Y yo diría que un mundo mejor, más humilde, más amable, más despreocupado. Me quedé en “Finca Magdalena”, una cooperativa de 24 familias locales al pie del volcán Maderas, inicialmente se dedicaban a cultivar café y arroz, con la llegada de visitantes, muchos escaladores paraban al regreso del volcán y las familias les daban comida a cambio de la voluntad. Hace unos 10 años una americana (bastante bienintencionada) les explicó las posibilidades del turismo ecológico y les hizo una donación económica para construir los primeros dormitorios. Con el tiempo, albergan a casi 100 personas, cultivan productos orgánicos y organizan expediciones por la isla. Las 24 familias se reparten el trabajo y los beneficios. Lo cual, como en casi toda Nicaragua, supone que ellas trabajan de sol a sol y ellos, aparte de 6 ó 7 que hacen de guías, se dedican a pasearse por la finca, a beber cerveza y a la contemplación del universo…





Uno de los principales atractivos de la isla es escalar sus volcanes, el mayor de ellos (Concepción, 1.600m) se encuentra activo, por lo que no es muy recomendable en estos momentos, así que tuve que conformarme con el menor (Maderas, 1.300m) que es más frondoso, con un espeso bosque tropical, y además tiene las mejores vistas del volcán Concepción, más bonito y espectacular. Subimos en un trekking de 7 horas, atravesando la selva entre barro, humedad y monos gritones. Nuestro guía, Fidel, abría el camino a golpe de machete, y en cada descanso todavía tenía fuerzas para fumarse un cigarrito. Las vistas de la isla son impresionantes, y al coronar la laguna del cráter, una espesa nube cubría el volcán como si se hubiera hecho de noche de pronto, el agua espesa, la niebla y los ruidos de los animales completaban el cuadro, sin duda valió la pena la subida!







Al día siguiente crucé la isla (2 horas entre moto, bus y caminata) para hacer una excursión en kayak, primero por el lago y luego río arriba en el interior de la isla. Alucinante remar por las orillas del río, llenas de caimanes, tortugas y cientos de aves. El calor era pegajoso, y a ratos un silencio aplastante te desconcertaba durante unos minutos, hasta que a algún pájaro le daba por cantar y los demás le respondían, mejor así, ese silencio de la jungla da miedo.





Después me regalé un día de descanso, paseando por el pueblo, comiendo en los comedores locales y bañándome en el lago, de vuelta a la civilización. Incluso me crucé con una fiesta de cumpleaños de un niño, con concurso de baile incluido!







Es una sensación extraña, uno sueña muchas veces con simplificar la vida al máximo y vivir sin lujos ni comodidades, pero al tenerlo tan cerca te sientes desamparado, inseguro, es difícil imaginarse tan lejos de nuestras comodidades diarias, encerrado en una isla perdida sin agua caliente, supermercados, internet… El ejercicio es estimulante, mucho tiempo, pocas distracciones, da para pensar y descubrir mucho sobre uno mismo. Regálense unos días en Ometepe cuando tengan la oportunidad!

6 comentarios:

  1. Bien, muy sensato, lógico,no tengo nada más que aportar.

    PD: aqui rubias cachondonas no hay?

    PD: Tele si que hay, no? yo sin tele prefiero no seguir viviendo.....

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  2. Cuando regreses espero que escribas un libro con tu experiencia....yo lo compraré!!! Un beso!!!

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  3. AHORA SI QUE SE EMPIEZA A NOTAR CIERTA ENVIDIA, PERO NO DE LA BUENA, SINO DE LA MAS CORROSIVA. MIRA QUE PODER TARDAR CASI UNA HORA EN HACER 9 Kms Y SIN QUE NADIE TE TOQUE LA PITA NI QUE TE LLAMEN POR EL MOVIL DANDOTE PRISA. JODER HAY QUE VER LO RELATIVO QUE ES TODO, Y LO DISTINTA QUE ES LA VIDA SEGUN CON EL PRISMA QUE UNO LA MIRE. PUES NADA CALVITO,TU SIGUE DISFRUTANDO Y APRENDIENDO COSAS TAN HERMOSAS, Y CONTANDOLAS TAN BIEN, QUE AL MENOS YO, Y SUPONGO QUE TODOS TAMBIEN ESTAMOS APRENDIENDO DE TI Y DE TUS VIVENCIAS. U N B E S O T E F U E R T E CHICHO

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  4. mi niño querido m oero que aventurero que me has salido, fantastico el recorrido por ese zoo maritimo. Animo cariño que se te ve estupendamente y la envidia sigue creciendo . Desde Bergen con amor

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  5. QUIERO UN POQUITO DE OMETEPEEEEEEEEEE EHHH
    Esque es leer y morirme de la envidia... por cierto maximo reggeaton en la fiesta de cumpleaños no jajajaja ossss todos los cholvis dandolo todo... te quiero gati que suerte tienes dios mio

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  6. ..es un placer para los sentidos pasear por tu blog aventurero ..
    Un saludo desde la isla blanca..; )

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