domingo, 30 de mayo de 2010

Bogotá Interminable!!!


Bogotá es una impresionante mole de 7 millones de habitantes, llena de ruido, tráfico y gente. El ritmo de vida es más rápido y más loco que en cualquier otra parte, pero aún así todavía se percibe el trato cariñoso y amable de los colombianos, sólo un poco empañado por la psicosis de la grandes urbes. Famosa por ser una de las ciudades más inseguras del mundo, caminando por la calle me pregunto quién llegó a tal conclusión. No creo que sea más peligrosa que cualquier otra ciudad de semejante tamaño, y tomando las precauciones básicas puedes disfrutar sin problemas de una ciudad espectacular! Como ejemplo, una de las noches nos dieron las cuatro de la mañana de charla sentados en una callejuela del centro, una gran variedad de locos se os acercaron a pedirnos dinero, ofrecernos todo tipo de productos ilegales y hasta a cantarnos folclore, pero en ningún momento nadie nos hizo sentir incómodos o en peligro.


Me quedé en el centro, barrio La Candelaria, zona de museos, mercadillos, bares, tiendas. Llama la atención la poca oferta de hostales para viajeros en comparación con otras grandes ciudades de Sudamérica, se nota que Colombia empieza a ser un destino atractivo después de años considerada un destino arriesgado.



En el “Hostal Sue”, encontré el mejor ambiente hasta la fecha, no por los huéspedes (casi todos mochileros ingleses, más de lo mismo) sino por los empleados, colombianos encantadores que te hacen sentir en casa desde el primer minuto. Por la noche se juntaban en el patio huéspedes, empleados, ex-empleados y amigos de los empleados a tomar unas cervecitas y escuchar música. ¿En qué otro lugar del mundo hay más locales que extranjeros en un hostel? Sólo en Colombia…

En el centro, paso obligatoria por la plaza Bolivar, el Congreso, la Catedral y museos de Botero y de la policía (sorprendente), donde está expuesta la escopetarra, guitarra en cuerpo de arma de fuego, símbolo de la paz y la convivencia a través de la música y la cultura.





Por la noche, hay ambiente todos los días. El miércoles me fui a investigar las calles, en un semáforo conocí a José Camilo y Chucho, y me llevaron al “Quiebra Canto”, que estaba lleno como si fuera un sábado. Allí compramos una botella de aguardiente y no recuerdo hasta qué hora estuvimos bailando los éxitos del momento, destaco “Ay mi Colombia!” y “Fuego”, la gente se volvió totalmente loca cuando las pusieron…


A la mañana siguiente el aguardiente me recordó que ya no soy un niño. Temía por la llegada del fin de semana, pero curiosamente, debido a las elecciones generales del domingo, el fin de semana había “Ley Seca”, prohibición total de venta de alcohol 48 horas antes del domingo, así que debió ser el fin de semana más tranquilo en la historia de la ciudad….

Lo único malo de Bogotá es el clima, hacía frío y llovió casi todos los días. Así que la única mañana de sol subí al Cerro Monserrate (no pude descubrir qué historia catalana se esconde tras ese nombre). Desde lo alto, vista impresionante de la ciudad, la contaminación difumina un poco la imagen, pero allá hasta donde alcanza la vista, Bogotá no se acaba….



Hoy domingo, escribo desde el norte, provincia de Santander, de camino hacia el Caribe, siguiendo por el rabillo del ojo las elecciones, esperando que gane Mockus y su partido Verde, en lo que sería una victoria histórica para la que fue la maltratada y perseguida izquierda colombiana.

Cosas curiosas en Colombia....

Caminar por las calles de cualquier ciudad de Colombia es una experiencia impresionante, están llenas de vida, de gente y de color... Pero si además prestas atención a carteles, calles y señales, puedes descubrir todo tipo de cosas sorprendentes!
Para muestra un botón...









miércoles, 26 de mayo de 2010

Medellín, la mejor ciudad hasta ahora!



Reconozco que poco más conocía de Medellín aparte de Pablo escobar y el cártel antes de venir. La ciudad es la capital de Antioquia, importante región, motor económico de Colombia en las últimas décadas. Los “Paisas”, habitantes de Medellín, son conocidos como los alemanes de Sudamérica: trabajadores, serios, eficientes y cumplidores. Tan sólo con caminar un rato por la ciudad queda claro por qué, Medellín es gigante, moderna, limpia, ordenada y cívica, pero si a esto le sumamos que seguimos estando en Colombia, tenemos además la amabilidad, la alegría de vivir y la energía de su gente… Una combinación perfecta!



Me quedé en un hostel en la zona noble de la ciudad, cerquita del Parque Lleras, zona de bares y restaurantes, y el destino quiso que en la cama de al lado estuviera Pablo el chicharrero, con quien ya coincidí en Argentina y Bolivia. Y allí se nos fueron yendo los días sin darnos ni cuenta…


El centro es muy interesante, mezcla de edificios antiguos y construcción moderna, como el metro aéreo (uno de los más modernos y eficientes que he visto). Los parques y plazas están llenos de vendedores, trabajadores corriendo de un lado a otro y miles de personas que simplemente “están ahí”, hablando y viendo pasar las horas, aquí la gente vive y se relaciona en la calle, por eso están tan llenas de vida. Destaca sobre todo la Plaza Botero (El Paisa más internacional de este siglo) repleta de sus esculturas, en torno a las cuales se concentra la gente, escondidos del calor bajo sus obesas sombras.




Muchas cosas hay para hacer, y no demasiado tiempo, ya que en Medellín las noches son muy largas y el fin de semana casi empieza el miércoles… Una de las mejores visitas consiste en subir en el teleférico al barrio de Santo Domingo, con las mejores vistas de la ciudad. Es una de las áreas más pobres, pero sin duda, la más interesante para explorar. Las calles están llenas de música y olores a comida casera, además era domingo, así que encontramos niños jugando por todas partes. Allí comí con Mike (de mi querida Belfast) el mejor pollo asado de mi vida, en un restaurante donde no había cubiertos. Cuando ya estábamos pringados hasta los codos, una chica nos pasa una nota desde el bar de enfrente: “Son unos auténticos papacitos, y nos gustaría salir a tomar y bailar con cualquiera de ustedes, María Dolores”. Con más miedo que ilusión levantamos la cabeza para conocer a la remitente y vimos a dos señoras de unos 60 años, embutidas en trajes de licra de colores imposibles y con aspecto de no haber salido del bar desde el jueves anterior…. Mejor no entrar en detalles, fue complicado zafarse de ellas!!!


Todavía en Santo Domingo, visita a la Biblioteca de España, impresionante edificio de tecnología puntera que corona la montaña en extraña combinación con el humilde entorno. El guía nos explica su razón de ser; al igual que otros tres impresionantes bibliotecas, se han construido en los barrios más pobres como parte de un programa de revitalización de esas zonas. En ellas los niños de la zona pasan 2 horas de su horario escolar dedicadas actividades formativas y culturales; lectura, internet, juegos, teatro y conciertos.


Otra visita obligatoria es la universidad; no me imaginaba que un campus pudiera ser muy interesante, pero allí decidieron instalar el jardín botánico, el acuario y el museo interactivo “explora”. Se mezclan entonces en la zona el ambiente universitario, los turistas y familias completas paseando por las zonas de ocio…. y así nos fue la tarde entre paseos y cafés. Sin duda esta ciudad es diferente, me quedo con la impresión de no haber visto casi nada, así que sé que volveré, no sé si pronto o tarde, pero seguro que volveré.




viernes, 21 de mayo de 2010

Perdido por el Pacífico


Tratando de huir de la ruta turística y de los hostales llenos de mochileros me embarqué en un carguero rumbo a Nuquí, en la costa del Pacífico.

Esta zona está casi despoblada y apenas recibe turistas porque está separada del resto del país por una densa jungla, cuna del narcotráfico colombiano, donde las guerrillas y el ejército han estado luchando por décadas. Sólo se puede llegar por barco o avión, además, las guías de viaje aseguran que es zona endémica de Malaria, suficientes motivos para que los "gringos" ni se acerquen....

Fui a Buenaventura, principal puerto del pacífico, donde Homero, capitán del "Don Liba", me citó a mediodía para emprender el viaje de 20 horas hasta Nuquí. Al entrar al camarote, el destino me juntó con un grupo de pescadores/submarinistas de Cali que acabaron adoptándome por 4 días y me enseñaron no sólo la zona, sino el cariño y el calor de los colombianos, la mejor gente que he encontrado hasta hoy. Llevaban día y medio esperando a que saliera el barco, yo tuve suerte, sólo tuve que esperar 6 horas, mientras cargaban suministros para los pueblitos de la costa; comida, bebidas y hasta 5 cerdos del tamaño de una vaca cada uno....


Antes de llegar a Nuquí, me quedé con mi nueva familia en Arusí, un pueblito de una calle, sin apenas electricidad ni agua, donde Elena nos alojó en una maravillosa casa en la playa.



Durante el día, descubrí todos los secretos de la pesca con Attilio (italiano de nacimiento, pura pasión) y porla tarde, buceo y puestas de Sol en altamar... El Capitán Parra (viejo lobo de mar, pura sabiduría!) pescó un Bravo gigante y después me ensaeñó a hacer un delicioso ceviche con él. Por las noches, cervecitas frescas en la tienda de Hernando "El profesor", que tenía tantas ganas de conocer Canarias que le regalé la camiseta de las islas como adelanto de su visita.




Nelda nos cuidaba como a sus propios hijos, nos cocinó las exquisiteces de la zona; Arroz de coco, patacón de plátano, mechadito de bravo, ahumadito de atún y fritadas de pescado. Todo hecho con lo que fuera que hubiera suerte de pescar esa misma mañana. En un paseo en la barca, nos arrimamos a un barco camaronero y Andrés le pidió al capitán que nos regalase unos camaroncitos. Cuando pensé que el buen hombre iba a meter un puñado de bichos en una bolsita, agarró una pala y nos regaló una caja de unos 4 kilos de camarones frescos, al día siguiente festín en la cena!!!

Pasenado por las interminables y desiertas playas me crucé con algunos habitantes afrocolombianos de la zona, todos sonrientes y amables, interesados en saber de dónde venía y en enseñarme las maravillas de la zona. Encontré una preciosa mansión en la playa, abierta de par en par, convencido de que era un hotelito entré como Pedro por su casa hasta la cocina. Resultó ser la casa de Doña Marta, a la que casi le dío un infarto cuando se giró y me voy allí plantado.... No se enfadó, ni me disparó, ni nada por el estilo; me hizo un zumo de frutas fresquito y me contó cómo llegó de Medellín hace 17 años y nunca más se marchó.


Visité las termas de agua caliente, donde encontré unos 15 negros enormes oyendo salsa y bebiendo desde el día anterior. Me obligaron a meterme en el agua y a beberme casi media botella de aguardiente. Uno de ellos me pidió un favor: "Cuéntale a todo el mundo que aquí sólo hay buena gente, que vengan a vernos, que este es el sitio más lindo del planeta...". Como Sabina, yo siempre cumplo pactos cuando es entre caballeros, y no he hecho otra cosa desde entonces!

He tenido la suerte de ver muchos sitios y conocer mucha gente a lo largo del viaje, pero no creo que ninguna otra experiencia me marque tanto como lo hicieron mis días en Arusí. Su maravillosa gente me enseñó lo ricos que son sin tener apenas nada, y lo feliz que se puede llegar a ser viviendo el día a día, sin prisas, sin estrés, sin miedo ni envidia, ajenos a todos los problemas que trae consigo la vida moderna. Nunca he visto niños tan felices, poco tienen y poco necesitan, un chupachups les alegra el día, y la playa y la selva son su patio de juegos...

Tras 4 días de ensueño, fui en barca hasta Nuquí, nunca antes me sentí tan triste de pisar la civilización. La costa me despidió con tormenta, la cual tuvimos que desafier en una avioneta de 15 plazas para volar a Medellín, de donde escribo ahora. Sigo adelante con una idea que hace días me ronda la cabeza: Me iré algún día de Colombia?


martes, 18 de mayo de 2010

Cali y alrededores



La primera parada en Colombia fue Cali. La ciudad es inmensa, no muy bonita arquitectónicamente, pero tiene muchísima vida, la gente es muy amable y perderse caminando por sus calles está lleno de sorpresas... La principal, la "Guardia Cívica", empleados del ayuntamiento que hacen de guías, te explican la historia de la ciudad y te acompañan al sitio si les preguntas cómo llegar, a ver si copiamos las buenas ideas!!!


Caminé enteritos los barrios del centro, Granada y Versalles, incluyendo la subida al mirador y convento de San Antonio, donde nos recibió la madre superiora y nos mostró la vida de las 24 monjas de clausura que vivien allí. Charlamos más de una hora, y nos entendimos muy bien, justo hasta que me dijo que no le gustaba Gabriel garcía Márquez porque sólo escribe sobre estupideces.... En fin! Cuestión de opiniones...


Fuera de la ciudad fui a San Cipriano, un pueblito pintorecso perdido cerca de la costa, a orillas del río, donde la comunidad afro-colombiana vive a su ritmo; sin prisas y vacilando todo el día. Sólo se puede llegar por las vía del tren que une Cali con el puerto del pacífico, y lo hacen a través de las "brujas", motos unidas a un carro de madera que van por las vías. Este medio de transporte pasa por dos momentos críticos: Cuando se cruzan dos brujas´por la única vía (cada 5 minutos) y cuando pasa el tren de mercancías (dos veces al día). En ambos casos, todo el mundo se levanta y hay que sacar la bruja de la vía...



En San Cipriano nos bañamos, hicimos una excursión por el río y comimos pescadito fresco. El pueblo es una mezcla entre vida moderna (ropas y motos última generación) y el pasado (muchas casas sin luz ni agua corriente), y todos se pasean a cámara lenta por el pueblo con una enorme sonrisa en la cara y gritándose bromas uos a otros. Los probelmas y preocupaciones del mundo exterior no llegan al pueblo. Especialmente para los niños, cuando encuentran un juego, el resto del día queda reservado a la diversión...



De vuelta en la ciudad, Cali es la capital colombiana de la Salsa, que no es mi favorita, pero aún así me eché a las pistas de baile a que me humillasen los balarines locales. De nuevo por la noche, los colombianos son la gente más amable y simpática que me he encontrado hasta ahora, demostrando lo que ya me habían advertido; que todo lo que pensamos de colombia en España es equivocado!

martes, 11 de mayo de 2010

Empezando de nuevo en Colombia


Tras un breve paso por Ecuador, por fin en Colombia!
Una nueva etapa comienza ahora; Después de que Grima se haya vuelto a Canarias, continúo el viaje solo. Las sensaciones se mezclan: Mucha pena por lo que se acaba, y mucha emoción por lo que aún está por venir....
Seguiré contando las batallitas y narrándoles las curiosidades de esta aventura. Espero que ustedes sigan ahí...
Ioné